sábado

Lágrimas Sabor Alcohol Capt. VII

Día 17 en la mañana.

Me he detenido un momento para disfrutar de uno de los mejores cafés de la ciudad. "Cafeta" es un pequeño establecimiento justo a la orilla de la avenida principal, cuenta con mucha reputación además de que la vista es bellísima. Se puede observar el kiosko, la iglesia y la explanada central donde se ve a lo lejos niños jugando, globeros, y viejos tocando guitarras.
Me dirijo a casa de Leonardo, no sin antes meditar un poco sobre todo lo ocurrido; las noticias fueron impactantes y hasta el momento no logro asimilarlas del todo.

¡Tengo una hermana! Por dios, ni siquiera puedo imaginarmela. ¿Será de pelo negro como el mio, o castaño como el de mi madre? ¿Sabrá de mi existencia? ¿Habrá conocido a nuestra madre?.
Tengo un cierto temor a conocerla, no sé como reaccionará pero lo peor es que no se que decirle. Pediré la opinión de mi Leo, podrá aconsejarme y tomaré una desición. ¿Conocerla o no conocerla?

Lo que más deseo en este instante, es descansar, comer un gran plato de sopa caliente y tratar de no recordar...

¡Rayos! ya me puse de nuevo sentimental. Pero al recordar la despedida que tuve de la mansión, lágrimas furtivas recorren mis mejillas. No sólo por la carta y la Sra. Gertrudiz, que de por si fue demasiado, sino que mis amigas, mis pocas amigas estuvieron allí al momento en el que me iba.

Justo después de leer la carta, me arrodillé, y llore con todas mis fuerzas. La carta quedó manchada de todas las lágrimas derramadas; la tinta se corrió como si mis lágrimas fuesen de alcohol.
- Es tiempo de que te vayas -Dijo la Sra. Gertrudiz. Tomé un tiempo para tranquilizarme y me puse de pie. La miré a los ojos y sin decir una sola palabra di media vuelta; salí de la habitación, cerré la puerta y suspiré profundamente. Me quedé un rato observando la ciudad a través de la ventana del pasillo, cogí de nuevo mi maleta y me dispuse a salir de allí.

De pronto, Vivi sale de la nada y me da un gran abrazo. Un fuerte y tibio abrazo, que en vez de tranquilizarme hizo que llorara más y más. Me hizo prometerle que la visitaría de vez en cuando, después me acompaño a la cocina, donde todas mis amigas aguardaban: Alma, Lula, Bety, e incluso Gabriel, que con un gran pastel, me dieron la mejor despedida de mi vida. Los extrañare, de una forma muy peculiar pero lo haré.

Día 17 a la media noche.

La fría luz de la luna se cuela por la pequeña ventana de la habitación. La cama, con sus tendidas sabanas blancas todavía tiene las marcas de la última vez que fue usada. Una lámpara figura solitaria en un rincón alejado junto al ropero de madera. Es la habitación de Leonardo, tan tranquila, tan serena. Un retrato de su madre reposa a lado del espejo que al verme reflejada muestra mi preocupación por mi amado. ¿Dónde estará?.

La casa es grande, tan grande que mis memorias podrían perderse en la inmensa soledad. La sala, el comedor, la cocina; todo tan oscuro, tan triste sin él. Un piano llora sin música, un candelabro brilla sin luz, y aunque la casa es grandiosa se siente en ella una inmesa tristeza.

No podré soportar mucho tiempo sola aquí. Mañana iré a ver a mi hermana, así una parte de mi alma descansara, pues es la única familia que me queda o que por lo menos que puedo ver. ¿Dónde estas Leo?

Día 18 al atardecer.

¿Quién puede juzgar a mi madre por los errores de su pasado?
He la ahí, jugando y corriendo a pleno rayo de sol, con su cabello negro reboloteando y su cara sonriente iluminada. Su pequeño vestido rojo sobresalía de entre todos los demás, su inocencia y felicidad se reflejaba a través de sus ojos negros como la noche. El patio donde jugaba era pequeño, pero el pequeño orfanato no tiene muchos niños que cuidar. De pronto, se acercó la encargada, sentándose junto a mi.
- Es envidiable la inocencia de los niños, su única preocupación es jugar, comer y dormir. ¡Quién fuera como ellos toda la vida! - Voltee a verla con una sonrisa y regrese la vista.
- Es mi hermana -Respondí -Apenas me entere de ello.
-Oh vaya! Pero que sorpresa! entonces eres hija de Rose! Válgame Dios! como no pude verlo, eres idéntica a ella.
-¿¡Conoció a mi madre?¡ OH! perdone mi imprudencia, pero ¿Quién es usted?
- No te preocupes, te comprendo. Mi nombre es Yuoana. Hija mía, tu madre era casi como una hermana para mí. Por eso acepte cuidar de Francesa. El día en que llegó destrozada y enferma, mi corazón se desgarro.
- Pero! Pero! que paso con ella! -Le pregunté con euforia -¿Dónde esta?
- Tranquila hija mía... -Contesto al mismo tiempo que cerró los ojos. Se levantó de la pequeña banca de acero en la cual observabamos a Francesa y se dirigió al pequeño ciruelo que crecía a un lado. - ...Se quedó una semana con nosotras, pero al ver que Francesa se sentía cómoda aquí decidió irse, nos dejó una carta de la cual nos dio instrucciones de dársela a Francesa justo cuando llegaras tú. Vaya, pensé que tardarías más. Entonces empacó sus cosas y se fue. Francesa casi no notó su partida, era demasiada pequeña pero cuando pregunta por su madre, no sabemos exactamente que decirle. ¿Qué tal si hablas con ella?.
- Parece tan feliz aquí, tan tranquila, hablarle solo significaría llenarla de dudas y provocarle problemas innecesarios. De por si, no puedo con mis problemas. Será mejor que se quede aquí hasta que tenga que irse.
- Te entiendo pero tarde o temprano tendrá que saber la verdad.
- Entonces el tiempo lo decidirá. - Me levanté en seguida y me disponía a irme. De pronto Francesa se acerca a mi, la serenidad de sus ojos me cautivaron mientras tomaba mi mano.
- Sabes... -Me dijo con su tierna voz - te pareces a mi mamá.
Me quedé atónita ante sus palabras.
- Si mira... -Continuo -aquí tengo una foto de ella. Siempre la traigo conmigo, es lo único que me queda de ella, es muy bonita y se parece a ti.
Mis ojos se inundaron de lágrimas y estuve a punto de llorar; tomé la antigua foto que me hizo recordar la angelical cara de mi madre. Me arrodillé ante ella y regresándole la foto le dije:
- Es porque también es mi mamá.... Soy tu hermana.
-¿Hermana? ¿Eres... conociste a mamá?¿Vives con ella?¿Esta aquí?
- No Francesa, ella no esta aquí, no vive conmigo, pero si la conocí. Cuando era un poco más grande que tú, tuvimos muchos problemas, y tomamos caminos diferentes.
- Entonces, ¿Nunca veré a mamá?
- Te prometo que la buscaremos; yo también quiero verla, la extraño mucho -Le dije con la voz quebrada.
- Hermana! Gracias. Oie como te llamas? -Me preguntó mientras me abrazaba.
- Mi nombre es Ro... Alguien a llegado! Creo que es Leo.!!

jueves

Lágrimas sabor alcohol. Capt VI

Día 16.

He preparado mis maletas y pretendo irme tan pronto termine de escribir estas lineas, el sol amenaza con caer al horizonte llevándose consigo mis ilusiones. Me he enterado de cosas tan terribles, a las cuales estuve ciega tanto tiempo. La Sra. Gertrudiz a la que mucho tiempo respeté me clavó un puñal por la espalda y ahora me desangro poco a poco en mi oscura habitación. Maldita suerte la mía!

Después de llorar durante horas, caí dormida en mi cama. Esa noche tuve la peor pesadilla que he tenido en mi vida, lo peor es que no fue fantasía, fue un vil recuerdo de mi pasado.
Recuerdo estar sentada observando un bello atardecer, en una gran habitación donde un piano de cola y una pequeña chimenea me hacían compañía. Escuchaba la voz de mi padre con gran fuerza, ya que los efectos del alcohol lo exaltaban de más. De pronto, toda la casa se encontraba en una relativa paz con un profundo silencio. Las risas de mis padres cesaron y no escuchaba nada más que las brazas del fuego consumiendo la leña.
Escuche que alguien entró a la habitación y me percaté de que era Manuelle Grafox, el nuevo y recién ascendido Secretario de Vivienda. Se acercó y posó su mano sobre mi hombro, de pronto desperté.

Tras tranquilizarme un rato y lavarme la cara, tomé todas mis fuerzas y odio para ir a ver a la Sra. Gertrudiz. Camine a pasos acelerados y cuando me encontraba en la puerta de su oficina me armé de valor y entré. Se encontraba sentada junto a su escritorio escribiendo concentradamente.
-¿Por qué entras sin tocar? Sabes que no puedes hacer eso, pero dime que necesitas. -Me dijo
-Necesito que me digas la verdad.
-¿Perdón? ¿De qué hablas?
-Hablo de mi padre, de mi, de mi ¡pasado!
-¿Tu pasado? Creí que nunca más querías saber de el. -Regreso su mirada a sus notas y apuntes en el escritorio.
-Eso pensé hasta que me enteré que conocías a mi padre. -Dejó de escribir y dirigió su mirada hacia mi.
-¿Quien te lo ha dicho?
-No importa quién me lo ha dicho, lo que importa es que sabias la verdad y nunca me la dijiste.
-Pero cariño, eras un pobre diabla sin hogar, sin dinero; yo sólo te acogí en mis brazos y te di un trabajo, un techo y un futuro.
-¡Pero por tu culpa mi padre nos abandonó! y tú lo sabías, dejaste que se fuera con una de tus "damitas".
-Él llegó mucho antes que tú, no había forma de saber que era tu padre.
-¡Pero tu nuca dejas ir a una damita y sin embargo la dejaste libre!
Hubo un silencio estremecedor provocando que la Sra. Gertrudiz desviara su mirada, se levantara de su silla y caminara hacia mi.
-Todos tenemos un precio, y lo sabes. -Me dijo cuando estaba sólo a unos metros adelante de mi.
-Pero, pero. -Suspire... -confié en ti! confié en ti...
-Rosalba era una extraordinaria damita -me dijo -Muy hermosa y joven. Tenía una larga lista de clientes que pagaban una fortuna para estar con ella, sin embargo un día llego tu padre, y los cayeron completamente enamorados. Después de un buen tiempo, tu padre se acercó a mi y me pidió que dejara libre a Rosalba, cosa a la cual me negué y aun así insistía. Un día llego con un gran portafolio repleto de dinero, ofreciéndolo a cambio de Rosalba. Le dije que si duplicaba la cantidad para mañana era libre, pero si no lo lograba se quedaría para siempre. Pensaba que no lo lograría sin embargo al día siguiente apareció inexplicablemente con la doble cantidad de dinero; y como tu sabes un trato es un trato. Esa misma noche se fueron.

Me quedé callada y lo único que pudo salir de mi boca fue:
-Te odio! -Di la media vuelta y me disponía irme, no sólo de la habitación; de la casa.
-¿A donde vas?
-Me voy de aquí, me largo. Nunca más volverás a verme.
-No te puedes ir, no te lo permito.
-Observame!
-¡Tu madre me dejó una carta!
Mi cuerpo se detuvo súbitamente mientras sentía un escalofrío recorrer mi espalda; lágrimas inundaron mis ojos y mi voz se quebró ante la impaciente noticia. Un suspiro se escapo de mi ser y con los puños cerrados de tanto dolor di media vuelta, observando a la Sr. Gertrudiz directamente a los ojos.
- ¿A dónde iras si te llegas a ir? -Pregunta la Sra. Gertrudiz mientras abre un cajón cerrado con llave.
- Iré con Leonardo, acepto que me quedara en su casa.
- Conozco a Leonardo, y te aseguro que tu felicidad será efímera. Aquí esta la carta, me la dio tu mamá cuando se enteró que trabajabas para mi. Dijo que por lo menos tendrías un lugar donde dormir. Después de dármela, desapareció y nunca más la volví a ver. Cógela, es para ti. Sin embargo, si la tomas te largarás de inmediato de esta casa y nunca volverás, te olvidaras de todo y el tu dinero que has guardado durante tantos años se perderá. Rómpela y podrás seguir con tu vida, con un futuro y un empleo. ¿Deseas agarrarla?

He tomado difíciles decisiones en mi vida, ninguna como la de hoy, mi futuro recae en una carta de mi madre, podré saber la verdad pero ¿a que costo?. Sin embargo, no podía seguir viviendo en la ignorancia. Recogí la carta.



Hija mía:


Se por lo mucho que hemos pasado, por todo lo que hemos sufrido. Le pedí a la Sra. Gertrudiz que te diera esta carta cuando ella lo crea necesario y te pido un favor: No pienses que te he abandonado, te amo tanto que esta desición me duele hasta lo huesos. Decidí dejarte donde estas ya que estoy totalmente desamparada para darte un vida digna de vivir. Espero algún día me comprendas, pero es necesario que sepas algunas cosas.

Tu padre es un gran hombre, nuestras diferencias nos separaron
tanto que no pensamos en tu bienestar, no se por qué nos abandono, pero lo hizo. Quisiera que estuviese aquí para decirle todo lo que lo odio, pero al mismo tiempo no podré descansar si no lo perdono, pues no puedo vivir con rencor en mi corazón así que lo perdono, espero tu algún día me perdones a mi.

Ahora, esta es una noticia a la cual no tienes ninguna responsabilidad, sin embargo deberías saberlo pues no puedes vivir engañada de algo tan importante, antes de eso, quiero que hagas algo de tu vida, disfrutala y vive intensamente. Nunca te arrepientas de las cosas ni de tus errores, aprende de ellos y sólo aquellos de puro corazón podrán ayudarte, sólo ve mas allá de las apariencias.

Perdoname, por no estar cuando más me necesitabas, por no escucharte y por no
decirte cuanto te amo. Perdoname.

En el orfanato San Patricia de la Rosa, busca a una niña llamada Francesa Galmar. Es tu hermana...



lunes

Lágrimas sabor alcohol Capt. V

Día 13

¡Estoy tan emocionada de ver a Leo! Sólo faltan unos minutos para que llegue y para no ponerme nerviosa me puse a escribir un rato.

El atardecer se ve tan hermoso hoy, que me gustaría ir al parque con Leonardo y ver como el sol cae lentamente entre las montañas rocosas a lo lejos. Ver nacer la luna y darnos un apasionado beso a la luz de las estrellas.

¡Oh por dios ya llegó...!

Día 14 a las 4 AM.

¡Maldita sea mi suerte! No he podido dormir desde la cita con Leonardo, mi alma se siente destrozada por dentro y poco a poco furtivas lágrimas manchan las hojas. La luna acompaña mi penar mientras me explica por que he de tener tan maldita suerte.

Todo empezó como ensueño; desde la llegada de Leonardo en su flamante carro del año, hasta el postre que comimos con los altos mandos directivos de la ciudad. No sabía a donde íbamos a ir, sin embargo me sentí una persona importante y respetada al salir con mi Leo.
-Señorita! Se me hace usted conocida. -Dijo el Alcalde.
-Dudo mucho que nos hayamos visto antes Sr. No salgo mucho de mi casa. -Conteste con tal amabilidad que hasta el mismo presidente hubiera caído a mis pies.
-No, no, no. Yo te he visto. Por lo menos de lejos, ya que un hermoso rostro como el tuyo bello ángel, nunca lo olvido.
-Señor -Interrumpió Leo -Lo más probable es que el efecto del alcohol provoque confusión en usted. Conozco muy bien a esta damita y creo en sus palabras.
-Oh lo siento Leonardo, siempre hablando con la verdad de escudo. Mereces el puesto que tienes. Ahora si me disculpan iré a por la botella de vodka. Si es que la encuentro.

Todos reímos refinadamente mientras el alcalde trataba de levantarse de su asiento, llegó una de sus sirvientas que lo ayudó a cruzar el pasillo. Todo su esfuerzo se vio inútil al dejar caer al alcalde en el sillón donde al momento de colocar la cabeza en el terciopelo cayó dormido.

¡Como me hubiese gustado irme en ese instante! ¡Maldición que tonta soy!¡Lo Odio! Lo Odio! LO ODIO!

....

He tomado unos momentos para tranquilizarme, escribir ayuda a liberarme de mis penas. Continuare:

En esos momentos sólo quedabamos el Secretario de Vivienda, el General de la Policía, Leonardo y yo. Pronto, aquellos señores entre cartas y apuestas, tomaron toda bebida puesta en la mesa. Sus risas y carcajadas empezaron a ser cada vez más fuertes y Leonardo, queriendo evitar problemas disponía a retirarse. Se levantó de la mesa y me extendió la mano.

-Señores! Gracias por la bella velada, pero mi hermosa chica y yo tenemos que retirarnos. Sigan con sus apuestas y que gane el mejor.
-Leonardo -Dijo el general. -Tengo que platicar contigo antes de que te vayas, sigueme.
Los dos entraron a la cocina donde bajaron el volumen de sus voces para no ser escuchados, caminé hacia el pasillo para ver si tenia la mínima probabilidad de escuchar lo que platicaban.

De pronto, tuve un gran susto provocado por la intromisión de él secretario de Vivienda.
-A diferencia de mi jefe, yo si tengo buena memoria. -Voltee a verlo y mis ojos denotaron una gran duda.
-¿Perdón, que quiere decir?
-Con que una "damita". He visitado es pobre casa de putas y déjeme decirle que no merece el respeto que tiene. Sólo porque el alcalde se haga de la vista gorda no quiere decir que se aceptado por la sociedad, pero no te preocupes pronto serán libres.
-Señor, no se de que me habla. -Guardé silencio esperando que el alcohol provocara la confusión necesaria para evitar seguir con la platica, sabía que esta ebrio y no estaba cociente de sus palabras, sin embargo ese asqueroso, inútil, estúpido y animal, estaba muy cociente de sus actos.
-Al parecer tengo mejor memoria que tu. -Se acercó tanto que podía oler su asqueroso aliento a vodka y wisky. -Yo si te conosco y te conosco muuy bien. Lo que pasa es que... la última vez que nos vimos tu no lo disfrutaste y fue hace exactamente hace 10 años.

Me duele escribir estas palabras, cada lágrima derramada sobre estas páginas queman por dentro, ya que me hacen recordar el inmundo pasado que tuve, me hacen recordar que hace diez años fui abusada.... por él.

Se abalanzó contra mi y me tomo por los brazos. Pude sentir su asquerosa lengua recorriendo mi cuello, subiendo rápidamente. Lo dí un fuerte rodillazo en la entrepierna que dudo que pueda orinar a gusto de aquí en adelante.
-¡Máldita puta, eres mía! ¡Lo que tú no sabes es que tu padre te vendió! ¡Te vendió por dinero y te abandonó a tu suerte! ¡Oh, jaja no lo recuerdas cierto! ¡Pues déjame decirte que tu padre y yo eramos buenos amigos, muy buenos amigos, pero claro; él no podía mantener a tres mujeres, así que las abandono a ti y a tu madre por una puta. ¿Que se siente?¿Que se siente destruir familias? y adivina de donde era esa maldita perra que se llevo a tu padre...
-¡¡CÁLLATE!!
Rió como un maldito loco y agregó lo que más me duele de esta historia, lo que en el fondo de mi alma me esta matando, dijo: "...así es, era una "DAMITA"

No puedo escribir más! no puedo! no!

jueves

Una piccola probabilità




... y Si el mundo fuera un corazón? ...

Lágrimas sabor alcohol. Capt. IV

Día 9 a la media noche

Hasta el momento me sigo preguntando el ¿Por qué no pude hablarle? Habrá sido mi temor a decir algo no apropiado o acaso mi corazón esta temeroso ante una pequeña chispa que provoque un fuego en mi interior. ¡Tengo que escoger con mucho cuidado mis palabras! Así la próxima vez que lo vea podre decir algo más que un simple "Hola". Le pediré a Lula algunos consejos para mi próximo encuentro, de seguro ella sabrá como hablarle a Leo.

¡Que sorpresa! Acaba de visitarme Bety. Su tierno rostro trajo consigo un poco de calma a mi corazón, además sus ojos color miel provocan una sensación de paz interior muy profundo, sus labios rojo pálido hacen el juego perfecto con su hermosa piel y su increíble pelo castaño alisado le da un perfecto toque de sensualidad al ir caminando, ya que su cabello se mueve al compás de su cadera, es una danza que puede hipnotizar a cualquier hombre.

Me dijo en voz baja:
-Hola, oie no quiero ser impertinente pero quisiera saber si podrías prestarme algún vestido elegante ; es que, de hace tiempo conozco a un chico que me ha invitado a salir; es alto y fornido, de piel bronceada y cabello castaño, viste elegantemente y siempre trae consigo una bastón que le hace parecer mayor de lo que en realidad es. Hemos salidos unas cuantas veces, pero ahora me invito a un restaurante ¿Adivina cuál es? El ¡Five Resort! Puedes creerlo. Pero no tengo el dinero suficiente para comprarme un buen vestido, en realidad no tengo ni idea de que ponerme ya que quiero sorprenderlo. ¿Podrías ayudarme por favor?
-Claro que si damita! -Respondí sorprendida y con una gran sonrisa -Cuando tenia tu edad era igual de esbelta que tu, así que buscare en el fondo de mi closet, espera.

Busqué y busqué hasta que encontre algo acorde a la ocasión, es un vestido negro y largo, tiene la espalda descubierta y no tiene tirantes, hasta abajo tiene pequeños adornos; creo que sin piedras color negro que al contacto con la luz resplandecen cual estrellas en la noche.

-¿Qué te parece este? -Le pregunte
-¡Válgame dios! Es hermoso, es bellisimo, es tan elegante. No se como podré pagarte este favor.
-Lo sé, es bellisimo. Lo usé cuando... -En ese instante un silencio inundo la habitación ahogando mis ideas, no quería recordad aquel pasado -...Bueno ya es hora de dormir no crees? Es tarde y no quiero que vayas desvelada a tu cita. -Retiré mi mirada de sus hermosos ojos y me senté justo en la orilla de la cama observando el piso.
-¿Cuándo? -Preguntó en voz baja
-Mañana ¿No?, bueno supongo que es mañana tu cita ya que irrumpir en mi cuarto a la media noche por un vestido no es algo muy normal. Aunque Lula lo ha echo muchas veces y no sólo por vestidos.
Bety tomó el vestido con gran delicadeza como si fuese de cristal, lo dobló en dos sobre su brazo y dispuso a salir de la habitación. Abrió la puerta y justo antes de salir al pasillo dijo:
-Sabes a que me refiero pero creo que no debo entrometerme, gracias por el vestido, pronto te lo devolveré.

Cerró la puerta y suspiré lentamente.


Día 10 a las 5 de la tarde

Ninguna noticia. ¿Dónde podrá estar? ¿Qué estará haciendo? Ojalá tuviera una oportunidad para hablar con él, sólo una.

Día 11 al atardecer.

"Fue hermoso!" Me dijo Bety cuando la pasé a visitar hoy en la mañana.
-Llegó por mi, me llevó al restaurante, platicamos, bailamos, bebimos un poco y paseamos bajo la dulce luna azul. ¡Fue tan bello! Casi como en las películas. !Oh Creo que estoy enamorada!
-Vaya que si. A juzgar por tu cara de niña drogada, creo que si.
-¡¿Cuál es tu problema?! Te estoy contando alegremente todo lo que me paso y me contestas de una forma burlona y desinteresada, desde que entraste a mi cuarto no has echo otra cosa que ver por la ventana. Yo te considero una amiga, pero creo que tu no. Me respondes de forma burlona, no me tienes la confianza. Yo si te he contado mi vida, porque eres de las pocas personas que pensé que valían la pena conocer. Pero ¿Sabes qué? ..... Olvidalo, iré con Vivi, ella si me pone atención.
-Bety! Espera! -Grite. Salio casi corriendo de su habitación y cuando alcancé salir al pasillo desapareció. ¿Cómo le puedo explicar que ahora solo tengo mi mente en Leo? ¿Como decirle que creo también estar enamorada?

Fui al comedor, esperando encontrarme a Bety para disculparme y darle una explicación, sin embargo mis esfuerzos fueron en vano. Mi gran sorpresa fue que me encontré con la Sra. Gertrudiz.
-¡Sra. Gertrudiz! Cuanto tiempo sin verla, ¿Dónde se ha metido? hace una semana que no la veo.
-Hija mia -Contesto con su singular simpatía -He estado conociendo gente nueva y arreglando nuevos negocios, ya te imaginaras de que tipo. Además me han contado un pequeño rumor; unos pajaritos me dijeron que andas tras Leonardo. ¿Me equivoco? Tu expresión y tu sonrojes me han contestado. Hija, eres una bella damita y mereces ser feliz sobretodo después de los largos años que has estado en servicio bajo mi tutela.
Su nombre completo es Leonardo Galt Mcgilfson, vive en la Calle principal a unos metros del Palacio de Gobierno. Trabaja como Secretario de Finanzas Públicas, además es encargado del departamento de Control de Negocios Ilícitos de la Ciudad; entonces te darás cuenta de lo importante que es que sea nuestro cliente. Si lo mantenemos feliz y contento, nos deja trabajar sin preocupaciones. Ahora, he hablando con él y te aseguro que el ochenta por ciento de la conversación fue acerca de ti, así que hija mía, te encomendare una única y especial misión. Estarás única y especialmente reservada para Leonardo, ¿Entendiste? Tendrás un salario fijo que equivale al doble de lo que estas recibiendo y la libertad para salir con él cuantas veces quieras, no obstante tendrás que ayudar en las tareas de mantenimiento de la casa y seras ayudante general de Gabriel. ¿Hecho?

¿Estaré únicamente para Leo? ¿Podré salir con él? ¿Acaso estoy soñando?¿Salario fijo? ¿Quién es Gabriel?

-Sra. no se que decir, sería perfecto para mi. Desde hace tiempo que no dejo de pensar en él, se ha vuelto inexplicable, casi una necesidad. Pero tengo una pequeña duda: ¿Quién es Gabriel?
-Oh perdona! No te he contado, Gabriel es la nueva persona encargada de las finanzas de la casa, lo acabó de contratar y aún no sabe con exactitud los movimientos monetarios. Así que le ayudarás en lo que puedas. Su oficina esta a unas cuadras de aquí, mañana mismo iras a verlo temprano para que se conozcan.
-Entendido Sra.
-Y procura tratarlo con suavidad, es inteligente pero le cuesta hablar con las mujeres. ¡Oh por cierto! se me olvidaba, Leonardo vendrá a una cita pasado mañana. Creo que le gustará verte. Nos vemos hija mía, Ciao.

Salió por la puerta hacia el lobby, donde la vi saludar a todo mundo, me quede petrificada por la noticia, ya que parecía que el cielo me daba una pequeña probadita de paraíso.
¡Oh Leonardo! Cuanto te extraño.

Día 12 en la noche

Es extraño no tener clientes, me sentí más libre y con menos presiones. En la mañana fui a ver al tal Gabriel. Cuando llegue a su oficina, a unos cinco minutos de la Casa de citas, se encontraba sentado en su sala con montañas de papeles por todos lados, la casa tenía un olor desagradable y el polvo reinaba en todos los rincones. Camine lentamente para no espantarlo, ya que había entrado sin su permiso.
-Hola! le dije.
-¿Quién eres tu? -Pregunto con voz refunfuñona
-La Sra. Gertrudiz me envió para ayudarte, me informo que eres el nuevo administrador de la finanzas de la casa y me nombro tu ayudante.
-Pamplinas! no necesito ayudantes.
-No se nota!
-Es un desorden ordenado! así que no te atrevas a mover un simple papel.
-Sólo vine a ayudar, mi intención no es molestar.
-Bueno, como la Sra Gertrudiz es mi nueva jefa, supongo que debo obedecer su decisión. Por favor cuentame todo acerca del club...

Platicamos un buen rato, le conté todo lo relacionado con el movimiento monetario del club y comimos pizza. Es buena persona pero es muy reservado, se limito a decirme su nombre;
"Soy Joan Gabriel" Me dijo y a platicarme sobre como conoció a la Sra. Gertrudiz. Veo en sus ojos que es una buena persona, me pidió que fuera cada que pudiera para hacerle compañía.

Al salir de su oficina, me dirigí a la mansión. Me encontré con Betty que me saludo de beso y con poca alegría, dijo estar a punto de recibir un cliente y que no podía hablar en ese instante. Pienso invitarla a comer para platicar con ella y pedirle una disculpa.
El resto del día lo pase en la lavandería, separando ropa para lavarla. El lugar es muy silencioso, reducido, con una lavadora y una secadora pegados a la pared, a un lado están los estantes donde se guardan las sabanas limpias y junto a la puerta esta el cesto de la ropa sucia que parece una montaña interminable de ropa.

Por último, fui a la cocina para ver a Vivi.
-Hola! Que milagro que vienes a verme -Me dijo mientras me daba una gran abrazo.
-Lo siento pero he estado ocupada y apenas me di un tiempo para verte. -La observé directamente a sus ojos caídos por el cansancio, su gran sonrisa despierta en mi una gran motivación para platicar con ella.
-Oh! no te preocupes, se lo duro que es ganarse el dinero. Pero dime ¿Como te ha ido corazón?
-Últimamente me ha ido de maravilla, encontré a un gran hombre que no puedo sacarme de la cabeza; la Sra. Gertrudiz se dio cuenta de eso, y como el hombre es muy importante, estaré únicamente para él. Además me dijo que tendría un salario fijo pero tengo que ayudar en la mansión, algo que no me desagrada.
-¿En serio? Wow. Que gran sorpresa querida, y ¿Quién es el afortunado?
-Se llama Leonardo, trabaja como Secretario de Finanzas Públicas.
-Oh! es un hombre importante, eso me agrada. ¡No me gustaría que un pobretón anduviera tras una bella y hermosa damita como tu! Mereces nada más que lo mejor corazón. Acuerdate siempre de eso.
-Gracias Vivi, por eso te quiero tanto.
-Ahora damita, si me haces el favor de ir a sentarte a la mesa que estoy a punto de servir la cena.
Me reí un rato con ella y salí de la cocina. Esa noche cenamos ensalada cesar y pavo bañado en salsa de mango, esta exquisito!

Ahora, iré a dormir ya que mañana veré a Leonardo. ¡Oh Por Dios! Estoy tan emocionada! Tengo que ver que es lo que me pondré mañana...




(Un comentario, un agradecimiento^^)

Seguidores